Cada vez se escucha más que de cara al curso 2020-2021 y los siguientes, la educación debe ir hacia un modelo híbrido, es decir, hacia un modelo donde se combine la presencialidad con el trabajo desde casa. En educación superior, el blended-learning es una modalidad que lleva muchos años llevándose a cabo facilitando así la continuidad de estudios con el desempeño profesional y la conciliación familiar.
Este modelo híbrido educativo conlleva las siguientes ventajas:
- Flexibilidad horaria: Al desempeñarse una parte de trabajo online, permite organizarse el tiempo como uno desee.
- Mayor autonomía: El alumno es completamente autónomo, pudiendo determinar su ritmo de aprendizaje y no estar sujeto a horarios estrictos.
- Generación de comunidad: Se fomentan las relaciones personales con el resto de compañeros y profesores. Al no estar todos en un mismo lugar a la vez, los foros, los chats y las redes sociales, se convierten en grandes aliadas para seguir el ritmo y consultar las dudas y problemas que puedan surgir durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje
- Aprendizaje adaptado: Si se trata de grupos pequeños, se puede conseguir un aprendizaje adaptado a las necesidades ya que los docentes pueden hacer un mejor seguimiento siendo mucho más exhaustivo y poniendo el foco en las carencias que los alumnos puedan mostrar.
El modelo b-learning también se aprovecha de la ubicuidad gracias a las tecnologías de la información y la comunicación que nos permite hacer accesibles los procesos de enseñanza-aprendizaje a todo el mundo, en cualquier hora y en cualquier lugar, siendo los dispositivos con conexión a red los grandes protagonistas ya que permiten almacenar, compartir y distribuir la información en unos pocos segundos.
En la universidad West Chester de Pensilvania hicieron un experimento dividiendo en tres grupos a 150 estudiantes. 60 de ellos utilizaban un modelo b-learning, 60 de manera tradicional (aula presencial) y un tercer grupo de 30 alumnos que igualmente recibían clase de manera tradicional pero con un número inferior de estudiantes.
Los resultados remitieron que el 64% de los estudiantes se sintieron mucho más involucrados en la modalidad híbrida y hasta un 90% reportó que le gustó trabajar de manera presencial y online. Un 88% indicó que el trabajo de manera independiente y a su propio ritmo era mucho mejor ya que se podían organizar de mejor manera.
En cuanto a calificaciones, los estudiantes del grupo perteneciente al modelo híbrido educativo obtuvieron mejor puntuación que los otros dos grupos siendo el tradicional con más alumnos el que presentó menor calificación.
El panorama de cara al curso 2020-2021 es algo incierto, pero en España las administraciones y las instituciones tanto públicas como privadas ya se están preparando para enfrentarse y afrontar el nuevo curso orientándose hacia un modelo híbrido que permita superar con éxito un nuevo confinamiento sin tener que volver a improvisar.
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