Hace unos días, escribíamos sobre la necesidad de comenzar a prepararse para el curso 2020-2021 teniendo en cuenta que situaciones como las vividas durante el segundo y tercer trimestre del curso 2019-2020, podían volver a repetirse.
Hemos querido consultar al equipo de Aonia Nueva Educación y AoniaLearning qué cosas creen que van a cambiar o deberían cambiar de cara a este curso y cuáles creen que deberían de mejorar desde su experiencia como docentes.
Comenzamos por Lorena que cree que es importante seguir usando aquellas herramientas online con las que se han estado trabajado durante la pandemia para familiarizar más al docente y al alumnado en su uso. El objetivo, conseguir mayor autonomía en el alumnado para que pueda realizar sus tareas desde casa, ya que ha sido uno de los grandes problemas a los que se han tenido que enfrentar tanto alumnos como familias. Además, también recalca un punto importante y que se ha dejado un poco de lado, el del acceso a los dispositivos con conexión a internet.
Como puntos de mejora, la formación del profesorado en herramientas digitales, no solamente aquellas que han tenido que utilizar durante la pandemia, sino todas aquellas que aportan y complementan la actividad diaria docente. Con eso, se produciría una mejora en la competencia digital tanto de los profesores como de los alumnos, obteniendo una base mucho más sólida capaz de adaptarse rápidamente a los cambios en el momento que sea necesario.
Le cedemos el testigo a Patricia convencida que los cambios van a venir fundamentalmente de los propios centros y equipos directivos, de lo preparados que estén para afrontar un cambio organizativo y metodológico de estas características. Además, asegura que el gran cambio debería ser a nivel político con normativas y recursos adaptados a las circunstancias actuales y que respondieran a las necesidades del profesorado, alumnado y familias.
Al principio del cese de la actividad docente, Patricia ya se mostró preocupada por la brecha digital ya que es uno de los mayores obstáculos que nos podemos encontrar hoy en día. Salvarla es el reto en el que tenemos que poner el foco. Para ello es necesario mejorar la competencia digital de los docentes, alumnos y familias. Y nos deja la siguiente reflexión:
Si los agentes de la comunidad educativa no dominan los canales de comunicación digitales, ¿cómo vamos a poder asegurar el derecho fundamental a la educación?
Carlos se muestra más práctico y cree que el cambio va a venir a la hora de las entradas y las salidas de alumnos para evitar aglomeraciones y contactos innecesarios. La organización en la puerta de los colegios y las normas de convivencia, son los cambios que él considera necesarios realizar para este curso 2020-2021.
Respecto a las mejoras que habría que realizar, no se muestra muy alejado de las opiniones de Lorena y Patricia ya que vuelve a poner de manifiesto la necesidad de mejorar las competencias digitales del profesorado, especialmente, en aquellos aspectos que permitan realizar actividades significativas y que permitan salvaguardar la seguridad de los centros y de los alumnos.
Por su parte, Rubén cree que los cambios no serán tan evidentes como presuponen el resto de compañeros ya que somos animales de costumbres y éstas no se cambian tan fácilmente.
Creo que tan pronto como podamos, volveremos a hacer las mismas cosas que hacíamos antes, repitiendo los mismos aciertos y errores que cometíamos antes de la pandemia.
Aunque sus palabras denoten cierto pesimismo, Rubén cree que esta situación nos ha hecho ser conscientes que otra forma de comunicarnos y relacionarnos es posible, y que las TIC están aquí para quedarse y formar parte (si cabe más aún) de nuestro día a día en todos los aspectos de nuestra vida (social, laboral, educativo…).
Defensor de los beneficios de las TIC en la educación, aboga por saber sacar el máximo provecho de la tecnología para ayudarnos a conseguir nuestros objetivos con el alumnado y no a reproducir lo que hacemos de manera presencial en el aula. Eso sí, las Administraciones deberían dotar a la comunidad educativa de más recursos para poder sacar el máximo potencial de las TIC en beneficio de nuestro alumnado.
Juanlu también se muestra a favor de Rubén y cree que la sociedad se va a dar cuenta que la inversión en educación es muy pobre y que la labor docente está infravalorada. Es necesario realizar un cambio e invertir más en formación al profesorado y formar a las familias en competencias digitales, así como crear un área de estudio y trabajo en el hogar adecuados. Sin olvidar que:
Debemos estar preparados para tener unas pautas exactas para que, si se vuelve a repetir, la educación no se paralice.
David Horrillo cree que el cambio más notable va a estar en la distribución de las aulas ya que nos encontraremos con menos alumnos en cada aula y más clases en cada nivel, y por consecuente, se necesitarán un mayor número de profesorado, un profesorado que a mi parecer tiene que seguir apostando por adquirir competencias digitales, ya que el futuro educativo que siempre se hablaba pero nunca llegaba , está aquí.
Además, cree que no solo hay que formar al docente, sino que se tiene que crear y establecer un nuevo plan de centro en el que toda la comunidad educativa vaya hacia la digitalización en una misma dirección, sin dejar atrás ni a las familias ni al alumnado.
Como aspectos de mejora, destaca la necesidad de dotar de mayor formación tanto a docentes como a los centros en el ámbito de la evaluación. Durante estos últimas semanas nos hemos dado cuenta del gran desconocimiento por parte de la comunidad educativa para poder evaluar de manera auténtica en entornos digitales con la misma seguridad y calidad que la que se realiza de forma presencial.
Ángela cree que el verdadero cambio para este curso 2020-2021 será la comunicación y el contacto entre los agentes educativos. La situación vivida es una gran oportunidad en cuanto a una comunicación más fluida entre familias-profesorado y estudiante-docente. Además, las comunidades docentes han salido reforzadas y puestas en valor gracias a los lazos de colaboración y apoyo mutuo entre docentes de cualquier parte que pueden cristalizarse en futuros proyectos educativos.
También pone en valor el esfuerzo que han tenido que realizar tanto los claustros como el alumnado. Es necesario contar con las opiniones de todos los agentes implicados y apostar por un modelo que empodere al docente en herramientas digitales para mejorar los aprendizajes de sus clases así como una fuerte inversión para combatir de una vez por todas la brecha digital.
Es increíble que todavía no tengamos garantía de pleno acceso digital a cualquier estudiante.
Y tú, ¿cómo crees que será el curso 2020-2021?
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